A partir de nuestra experiencia como editores, hemos comprobado que en un primer momento los autores tienden a pensar que, una vez entregado el original, su labor como autor ha finalizado y tan solo resta que la Editorial imprima, encuaderne y entape la obra para darle formato de libro. Sin embargo, esto rara vez ocurre. Todo el proceso que se desarrolla a partir de la entrega de los originales forma parte de un mundo generalmente desconocido por los autores.
Al recibir su original, previamente a colocarlo en la caja del libro (área de impresión interior), lo primero que hacemos es tratar de homogeneizar criterios, a la vez que se le dan estilos a las distintas partes que componen su libro (títulos, subtítulos, epígrafes, notas al pie, cuerpo de texto, portadas, etc.). Además los textos suelen tener algunos errores típicos que es necesario eliminar, ya que pueden generar errores gráficos graves una vez que su texto es convertido en libro.
A continuación se presenta una lista de los errores más comunes que suelen encontrarse en los originales entregados por los autores:
• Dobles espacios entre letras.
• Uso erróneo de los guiones de diálogo y comentario.
• Uso de dos o tres tipos de comillas.
• Diferentes formas de escribir una misma palabra o abreviaturas (ej: pág, pag., págs, pp., p., etc., o Gandi y Ghandi).
• Tipografías de distinto tamaño cuando debieran ser iguales.
• Abuso en el uso de negritas.
• Inconsistencia en la acentuación de mayúsculas (lo correcto es acentuarlas): normalmente aparecen algunas acentuadas y otras no.
• Espacios inadecuados después de la apertura de un signo o antes del cierre, como por ejemplo los signos de admiración, interrogación, paréntesis, etc.
• Utilización inadecuada del ENTER para separar párrafos.
• Irregularidad en el tamaño de las sangrías.
• Abuso en el uso de mayúsculas.
La Editorial cuenta con personal idóneo para mejorar y depurar sus textos, quienes a través de distintas técnicas de inspección digital logran eliminar la mayor parte de las inconsistencias tipográficas de su obra, obteniendo un texto con criterios homogéneos y utilizando estilos tipográficos para cada sección.
A pesar del esfuerzo que realiza nuestro personal, usted puede perfeccionar aún más su obra, contratando profesionales dedicados a la corrección, llamados “correctores de prueba”. Estos correctores darán una lectura exhaustiva y minuciosa a su libro (sobre la primera prueba de galera que le entregará la editorial), detectarán errores ortográficos, gramaticales, sintácticos y el llamado error de estilo, que consiste en modificar la deficiente redacción de una oración, sin que cambie por ello su sentido. No negamos que el corrector ortográfico del procesador de texto constituye una excelente herramienta de detección de errores. Sin embargo, algunos de ellos pasan inadvertidos a los programas de los ordenadores, como por ejemplo aquellas palabras que se acentúan o no según su función (“el” como artículo o bien “él” como pronombre) o su significado (sólo, solo), o tampoco detectaría un error en la siguiente frase: “Argentina está ubicada en Sudáfrica”, o la correcta puntuación.
Nota: texto tomado casi en su totalidad de la editorial "Dunken", por su importancia en la publicación de un libro.
|